A M O R.

Por mucho que lo busques en un diccionario, hasta que no te enamoras, jamás sabrás bien lo que es. No es tan perfecto como pintan las películas americanas, ni tan efímero como dice Alex Ubago en sus canciones.
La RAE define el amor como “un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Ojalá fuera así de sencillo.
No está mal la definición, lógicamente; cuando te enamoras notas más que nunca tus propios defectos, aunque esa persona te diga constantemente que eres perfecta. Necesitas a ese “ser” más de lo que necesitas oxígeno. Y cruzarías el Sahara descalza con tal de sentir su presencia, aunque solo fuese para unos instantes.
Pero a los de la RAE se les ha olvidado mencionar una cosa: duele. Duelen las despedidas. Duele la distancia. Duelen las heridas que te dejan las peleas y los comentarios tontos. Duelen los celos. Duelen las rayadas, esas que te pasan por la cabeza en las noches de insomnio.
Pero da igual. Todo eso da igual. Estás enamorada.
Y cuando estás junto a esa persona, se te olvidan las despedidas, los kilómetros, las peleas, las lágrimas, las noches sin dormir. Se te olvida que hay guerra en Iraq, que España ganó el Mundial, que el jueves tienes un examen de matemáticas. Se te olvida todo. En el mundo no existe nadie más que vosotros dos. Y aunque el tiempo vuele, para vosotros es casi como si no pasara. Sientes una felicidad insuperable, no puedes dejar de sonreír.
Y es entonces cuando te das cuenta de que el amor es algo que jamás podrás conocer a través de un diccionario.

curiosidades.

Lo curioso es que, probablemente, hace 2 meses, si nos hubieramos cruzado por el pasillo del instituto no nos hubieramos saludado.
Aparte de no saludar, ni si quiera nos habriamos mirado. No sabiamos de la existencia del otro y eramos felices así.
Hoy, 16 de julio, y a partir de esa mágica noche de San Juan, mi mundo gira a tu alrededor. Curioso, ¿verdad?

L O V E's just another word I'll never learn to pronounce.

Le quiero. Le quiero, le quiero, le quiero.
Estoy enamorada, aunque preferiría no estarlo. Tengo miedo de estarlo. Tengo miedo de que me hagan daño.
Es casi como cuando vas en bicicleta por primera vez, y sabes que en algún momento te vas a caer, y el hecho de llevar rodilleras no alivia el miedo de verte en el suelo lleno de rasguños.
Pero tal vez, con él, no tenga que caerme. Tengo la sensación de que todo puede ir bien.
Y que las rodilleras tal vez no me hagan falta, porque él hará de ruedas estabilizadoras.
Y así, con mi mágica bicicleta, podré recorrer miles de kilómetros hasta llegar a sus brazos.
Sus brazos. Ese lugar en el que soy intocable. Estoy protegida. Estoy bien. Ahí, tengo todo lo que necesito y más.
Porque con sus besos y sus palabras me basta, y la luna, el sol, y las estrellas que él me habrá bajado sobrarán.
Y sabré que para él soy lo más importante, y eso significará el mundo entero para mi.

117.

Que digan lo que quieran. Estando contigo, no hay quien me borre la sonrisa de la cara.

La luna, el sol, y la falta de viento.

Me mata ¿sabes? Este silencio me mata. El no saber qué decir, el no decir nada. El no poder demostrarte quién soy en realidad. Me duele quedarme callada mientras tu me prometes la luna, el sol, y la falta de viento. Es demasiado para mí.

A palabras necias, oidos sordos.

Si he aprendido algo en estos dias es que tengo que vivir para mi, para nadie más.
Tengo que dejar de pensar en lo que pueda pensar la del lado, tengo que dejar de preocuparme por lo que pueda susurrar el de enfrente. Porque es verdad; a palabras necias, oidos sordos. Es MI vida, no la de los demás. A partir de hoy empezaré a vivir para mi y para los mios, sin pararme a mirar lo que diga los demás.

PD: Dar gracias a aquella gente que me ha ayudado a superar estos momentos chunguillos, sin vosotros yo no sería nada.